La
cibercultura concebida desde la perspectiva de la cotidianidad, donde
la tecnología se abre camino por doquier y se hace
evidente que no importa que tan preparados, estén los seres humanos
el desarrollo y el avance, promocionan nuevas alternativas de conquista
ciber-espacial, que circunscriben no solo un proyecto social, sino, el devenir
de hombre común a saborear los albores de la ciencia y
la tecnología.
Es de admirar que no importa que
nuestros procesos de desarrollo estén un poco lentos y que algunos
sectores de la ciudad, aun no logren, ese nivel de acomodación, se permite
aceptar que la tecnología impone un nuevo proceso de aprendizaje,
tanto individual como social, en la medida que
esa dinámica transforme espacios vacíos en verdaderos y
llamativos centros de interés publicitario, toda vez que los sitios y
lugares accesibles a Internet: llevan consigo tecnología cada
vez más moderna, donde los jóvenes son los que más disfrutan de estos
espacios, sin desmeritar que es un asunto de todos.
Es tan indispensable la tecnología, que
muchos procesos no avanzan y el ser humano se ve forzado a mediar con ellos
para poder disipar su potencial y ganas de no perder su avance y de alguna
manera no entorpecer su desarrollo mental, psicológico, familiar, laborar,
social, entre otros.